Aínda que hai varias versións sobre a orixe da festa de Halloween e varias tradicións que se recollen e reúnen nesta festa, a maioría das fontes apuntan como orixe a un híbrido entre a festa celta do Samhain e a festividad cristiá de Todos Os Santos.
Co Samain celebrábase o fin da tempada de colleitas e era considerada como a festividad do Ano Novo celta. O cambio de estacións marcaba o inicio da tempada de inverno, e entón era preciso facer balance das reservas de comida nunha festa coa familia. Os celtas pensaban ademais que nesa data a liña entre o mundo dos mortos e os visos estreitábase, polo que utilizaban disfraces e máscaras como método para ahuyentar aos espíritos malignos.
Co Samain celebrábase o fin da tempada de colleitas e era considerada como a festividad do Ano Novo celta. O cambio de estacións marcaba o inicio da tempada de inverno, e entón era preciso facer balance das reservas de comida nunha festa coa familia. Os celtas pensaban ademais que nesa data a liña entre o mundo dos mortos e os visos estreitábase, polo que utilizaban disfraces e máscaras como método para ahuyentar aos espíritos malignos.
SEMAIN NUN BALCÓN A ENTRADA DA PONTE DE FERRO
Aunque hay varias versiones sobre el origen de la fiesta de Halloween y varias tradiciones que se recogen y reúnen en esta fiesta, la mayoría de las fuentes apuntan como origen a un híbrido entre la fiesta celta del Samhain y la festividad cristiana de Todos Os Santos.
Con el Samain se celebraba el fin de la temporada de cogidas y era considerada como la festividad del Año Joven celta. El cambio de estaciones marcaba el inicio de la temporada de invierno, y entonces era preciso hacer balance de las reservas de comida en una fiesta con la familia. Los celtas pensaban además que en esa fecha a línea entre el mundo de los muertos y los visos se estrechaba, por lo que utilizaban disfraces y máscaras como método para ahuyentar a los espíritus malignos.
Con el Samain se celebraba el fin de la temporada de cogidas y era considerada como la festividad del Año Joven celta. El cambio de estaciones marcaba el inicio de la temporada de invierno, y entonces era preciso hacer balance de las reservas de comida en una fiesta con la familia. Los celtas pensaban además que en esa fecha a línea entre el mundo de los muertos y los visos se estrechaba, por lo que utilizaban disfraces y máscaras como método para ahuyentar a los espíritus malignos.
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